La prueba del ácido, de Élmer Mendoza.
abril 5, 2012
Mientras que en la prensa mundial, otros países destacan por notas relativas a extremismo religioso, políticas migratorias o actos de terrorismo, en el caso de México la mayoría de las notas en los medios internacionales, versan sobre el tema del narcotráfico. Supongo que tal sesgo tiende a basar la imagen internacional del mexicano en la figura del Narco, y ha sido el escritor sinaloense Élmer Mendoza quien ha encabezado la vanguardia literaria nacional que asume tal sesgo y lo aborda como temática central.
Así es también como la novela policíaca – ésa máquina de leer, bien engrasada – se vuelve el género obligado de la narcoliteratura, aumentando sin embargo varias dificultades: primero, el reto de su credibilidad, dada la falta de credibilidad de la policía mexicana, y luego la innovación tanto formal como temática en un género tan sobado como la novela negra. Ante dichas dificultades Élmer logra continuar una carrera novelística en constante ascenso, y aunque tal vez se encuentre en su mejor momento hasta la fecha, es probable que todavía no haya alcanzado su cúspide como escritor.
En esta ocasión, el autor nos presenta otra aventura del “Zurdo” Edgar Mendieta, detective sinaloense de inevitable simpatía, antihéroe patético capaz de recibir golpizas de tipos aún más patéticos que él, mientras avanza entre un reguero de muertos que se le abre por delante conforme avanza en su investigación, en un escenario de cárteles de la droga y la política, con gusto de camarones, cerveza y aguachile, para refrescar nuevamente la escena internacional del género negro, como ya lo ha hecho en sus libros anteriores, sometiendo a sus lectores a un corrosivo e ineludible simbólico de la realidad actual.
Mario de la Cruz Arreola